
Julie Gregoire es una buena amiga q conocí en Trujillo, mi ciudad natal. Cuando le pregunté de donde era, me dijo muy orgullosamente, de Quebec!!, lógicamente q para alguien q no está en planes de inmigrar, Quebec le suena a la Cochinchina, Malasia o algo similar, pero Julie dijo Quebec directamente en vez del universalmente conocido país q es Canadá.
Cuando Julie viaja a Lima me cuenta de lo feo q es, las distancias tan enormes, la suciedad q impera y el desorden; igual puede pensar por momentos de Trujillo. Y yo no estaba tan alejado de su pensar, sólo q en una escala menos grave. Lógicamente q pensaba q Montréal era como ella decía una ciudad limpia, hermosa, con distancias no tan apartadas... Definitivamente q Julie estaba contándome un punto de vista idealizado de Montréal.
Ahora a la distancia, uno empieza a recordar las calles y lugares, a añorar y por sobre todo a olvidar lo malo q dejo y tiende a resalzar lo bueno q perdió... Si en Perú encuentras casas mucho más coloridas, áreas urbanas más limpias y hermosas casas; grandes y espaciosas (y construidas en cemento y ladrillo!), con un clima inigualable y todo lo demás, es xq uno idealiza lo q dejó y se olvida xq partió... mientras q en Montreal hallo tanta basura como en mi país, con casas tan viejas y en mal estado como en las zonas empobrecidas de cualquier ciudad latinoamericana, el hecho es q hay q estar prevenido ante el olvido... es como un viejo amor... uno recuerda los buenos ratos, pero se olvida de los malos... no? y desde aquí puedo afirmar q muchas aseveraciones q oí antes no eran del todo ciertas, pero es q cuando uno parte... se lleva una impronta de su tierra q con el tiempo se vuelve muy hermosa... hay q sacudirse un poco de vez en cuando, para recordar las razones por las cuales partiste y dejar de idealizar tus recuerdos (sin desmerecerlos tampoco...)